¿Cuál es la canción más relajante del mundo?
En un estudio realizado en la Universidad de Harvard se apreció que estas áreas de la corteza cerebral muestran un engrosamiento cuando se practica la meditación mindfulness, el cual se suele alcanzar de manera natural solo con el paso de los años. Esto significa que algunas zonas del cerebro se desarrollan más rápido cuando se medita, por lo que es una herramienta muy poderosa para estimular la maduración cerebral en los niños.
Estos resultados no son casuales. De hecho, se ha comprobado que la meditación mindfulness también incrementa la densidad de materia gris en el hipocampo, una zona estrechamente vinculada con la memoria y el aprendizaje. Por tanto, no es extraño que los niños que aprenden a meditar también mejoren su aprendizaje.
Por eso, la meditación puede convertirse en una especie de antídoto contra muchos de los problemas modernos. Los padres y maestros pueden usarla para:
– Enseñarles a mantenerse calmados, en vez de perder el control
– Enseñarles a estar plenamente presentes, en vez de tener la mente en otra parte
Para desarrollar una actitud mindfulness en los niños, es importante que los adultos sean pacientes y perseverantes. Cuando se trata de niños pequeños, de 4 o 5 años, tan solo 5 minutos al día de «meditación» serán suficientes. Cuando sean mayores podéis dedicarle a esta actividad unos 15 minutos al día.
1. Técnica «Los Astronautas»
A continuación, dale una fruta y pídele que la experimente con todos los sentidos, como si nunca la hubiese visto. Es importante que no se le escapen los detalles porque su misión intergaláctica consiste en describirle esa fruta a un extraterrestre que no sabe qué es y quiere replicarla en su planeta.
Vivimos en una sociedad sedentaria. Levantarse, comer, ir a trabajar, salir de fiesta… son actividades frecuentes y cotidianas en la vida de las personas de nuestra sociedad. Sin embargo, en general la mayor parte de la población pasa la mayor parte del tiempo sentada en un mundo lleno de competición y estrés constantes.
Por ello, la realización de deporte con cierta frecuencia es un elemento indispensable para mantener la salud tanto física como mental. Dentro del mundo del deporte podemos encontrar una gran variedad de disciplinas, suponiendo algunas de ellas un gran gasto económico a la hora de mantenerlas o bien un consumo de tiempo excesivo para compaginar con otras responsabilidades. Sin embargo existen alternativas que se pueden realizar sin gran gasto de dinero ni de tiempo. Un ejemplo de ello es el Pilates.
El Pilates es un método originalmente pensado para la rehabilitación física ideado por el Joseph Hubertus Pilates, con el fin de contribuir a la recuperación personal a través de la unión entre cuerpo y mente. Se trata de un ejercicio físico de tipo anaeróbico en el que se precisa un elevado control de la respiración y una cierta capacidad de concentración para llevar a cabo los diversos movimientos. Respecto a la respiración, es importante que la inhalación se realice por vía nasal y mientras se mantienen los músculos abdominales en tensión, con el fin de oxigenar y ejercitar correctamente los músculos.
Sus beneficios son múltiples, pasando por la reducción del estrés a nivel tanto psicológico como fisiológico, el aumento de elasticidad y fortaleza en los músculos (especialmente lumbares y abdominales, la corrección de la postura y el aumento de autoestima que supone la mejora en destreza, coordinación, agilidad y fuerza que supone su práctica.
A continuación se van a mostrar una serie de ejercicios sencillos para aquellos que quieran iniciarse en esta disciplina.
Para realizarlos no es necesario disponer de gran cantidad de material, bastando en la mayoría de los casos con una esterilla para poder realizar cómodamente los ejercicios, y pudiendo realizarlos fácilmente desde nuestro hogar. Se recomienda realizarlo en una zona tranquila (no olvidemos que es una actividad que pretende relajar tanto cuerpo como mente) y ventilada.
Este ejercicio es de gran simplicidad. Se basa en sentarse en la esterilla con las piernas estiradas y proceder a intentar agarrar los pies con las manos, manteniendo la tensión muscular alrededor de quince segundos. Deberían hacerse múltiples repeticiones de este ejercicio.
Sobre la esterilla, se procede a sentarse abrazando las piernas, las cuales estarán flexionadas hacia el tórax y apoyando la cabeza en las rodillas. En esta posición, el usuario ha de mecerse hacia atrás hasta tocar con los omoplatos el suelo, mientras inhala, para posteriormente exhalar mientras vuelve a la posición inicial. Se realiza de manera continua durante tres minutos.
Esta actividad se realiza desde un asiento y con la ayuda de unas pesas o sucedáneos (por ejemplo dos botellas de agua). Con la espalda completamente recta y los pesos en las manos, el ejercicio se basa en estirar los brazos hacia arriba, flexionándolos tras la nuca.
Ejercicio de fortalecimiento de la cintura. El individuo se sienta con las piernas abiertas y los brazos y espalda estirados. A continuación, mientras se inhala se gira el tronco hacia la izquierda, esforzándose por coger con la mano derecha el pie izquierdo. A continuación realiza la acción contraria, girando el tronco hacia la derecha y cogiendo con la mano izquierda el pie derecho. Repítase de forma continua entre cuatro y cinco veces cada lado.
Forma de trabajar el tren superior. Túmbate boca abajo sobre la esterilla. A continuación, con las rodillas apoyadas en el suelo y la espalda y cabeza rectas, realiza una flexión procurando realizarla con lentitud y sintiendo la tensión muscular. Repite el proceso como mínimo hasta en diez ocasiones. Si se tiene suficiente resistencia se puede realizar con las piernas estiradas.
Esta actividad, si bien sencilla, puede requerir un cierto esfuerzo. En esta ocasión el individuo ha de tumbarse boca arriba sobre la esterilla. A continuación, con los brazos estirados sirviendo de apoyo, se ha de proceder levantando las piernas en ángulo recto. Tras unos segundos (recomendamos diez), y con las piernas rectas, continúa el movimiento hasta situar los pies por delante de la cabeza, tocando el suelo. Tras varios segundos en esta posición, se vuelve a poner las piernas a 90 grados con respecto al cuerpo, es decir en su posición anterior. Finalmente se bajan las piernas hasta permanecer totalmente estirado. Se recomienda realizar varias repeticiones, según la resistencia de cada uno.
Este ejercicio resulta de gran sencillez. El usuario se coloca sentado con las piernas juntas, con los brazos estirados. A continuación mientras se inhala se procede a girar el tronco tres veces hacia uno de los lados, llegando hasta la máxima rotación posible. Una vez llegado ese punto, se retorna a la posición inicial mientras se exhala. A continuación se repite hasta en tres ocasiones el mismo procedimiento en la misma dirección, para posteriormente realizar las mismas tres repeticiones en el sentido opuesto.
Sobre la esterilla, el usuario permanece tumbado boca arriba y con los brazos estirados. A continuación se procede a levantar las piernas, estiradas, hasta media altura (alrededor de unos 45 grados, si bien la inclinación dependerá de la capacidad y resistencia de cada uno) para proceder levantando también el tronco y poniendo los brazos en paralelo a las piernas estiradas. De esta forma el cuerpo forma una V, empleando una gran cantidad de músculos de la zona lumbar y abdominal, además de los músculos de piernas y brazos.
El presente ejercicio se realiza estando de pie, con los brazos estirados hacia arriba. Se procede como en el caso del estiramiento inicial a bajar los brazos hasta llegar al suelo. A continuación se procede a caminar con las manos hacia adelante, pudiendo apoyar las rodillas en el suelo. A continuación se procede a hacer una serie de tres flexiones (apoyando las rodillas en el suelo). Finalmente, se procede a volver a la posición inicial, encadenando los pasos seguidos hasta el momento a la inversa. Se pueden hacer varias repeticiones.
La presente actividad se realiza de la siguiente manera: en primer lugar, estando tumbado boca arriba sobre la esterilla, se empieza por estirar ambas piernas y colocarlas en un ángulo de noventa grados respecto al cuerpo. Una vez hecho esto, se procede a abrazar una de las piernas estiradas mientras que la otra recupera la posición original, apoyada en el suelo completamente estirada. Tras entre uno y dos segundos de mantener esta posición se sube y abraza la otra pierna y bajar la que lo estaba anteriormente, alternándose en varias repeticiones (al menos dos series de diez).
No obstante, el hallazgo más interesante en este sentido se realizó en el campo de la neurogénesis. Hasta hace poco se pensaba que las neuronas del cerebro morían irremediablemente pero más tarde se descubrió que en realidad en el cerebro se producen nuevas neuronas a lo largo de toda la vida. Y la mejor actividad para potenciar el nacimiento de esas neuronas es precisamente el ejercicio aeróbico de intensidad moderada.
Aún más interesante es que muchas de estas neuronas crecen en el hipocampo, una región del cerebro vinculada al aprendizaje y la memoria. Por tanto, esto podría explicar, al menos en parte, por qué correr potencia la memoria. Sin embargo, la clave para aprovechar sus beneficios radica en correr hasta sudar un poco durante una media de 30 a 40 minutos. Solo así podremos estimular el crecimiento de nuevas neuronas.
Esto nos indica que correr no solo es un hábito saludable sino que contribuye a mantener joven el cerebro y nos permite despejar la mente, aligerando el peso de las emociones negativas y ayudándonos a encontrar nuevas perspectivas.
Es imprescindible que los padres sean capaces de darles a sus hijos la libertad necesaria como para que cometan sus propios errores. Así tendrán que asumir las consecuencias de sus actos y, como resultado, se verán obligados a adaptar su comportamiento, reorganizar sus hábitos y aprender del error.
La clave radica en encontrar un justo equilibrio entre la ayuda y la orientación, la protección y la seguridad, con la autonomía y la independencia. Solo así los niños aprenderán a valerse por sí solos y lograrán confiar en sus capacidades. Ese es uno de los mayores regalos que los padres pueden hacerles.